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Evitar la discriminación (in)consciente

Los modelos y roles tradicionales (por ejemplo, estereotipos de género) en la enseñanza son reproducidos a través de distintas vías, de forma consciente e inconsciente. Algunos ejemplos de estereotipos y discriminación son:

  • El lenguaje discriminatorio y la selección de imágenes, otros materiales de enseñanza y contenidos curriculares
  • Instrucciones de trabajo que adjudican estereotipos
  • Distinto reconocimiento para mismo rendimiento
  • Confianza y apoyo repartidos de forma desigual
  • Recursos económicos y de tiempo otorgados no equitativamente, por ejemplo, en el caso de acceder a un doctorado
  • Menor participación en redes de información
  • Recomendación no imparcial ante potenciales contratantes
  • Procesos no transparentes en torno a la carrera académica

En muchos casos, las y los docentes no son conscientes del trato desigual que ejercen. Estudios desarrollados ya en la década de 1980 demuestran que, en el caso de docentes a quienes se les había pedido repartir igualitariamente su atención entre estudiantes mujeres y varones, existe una notable diferencia entre la percepción propia (según la cual las mujeres reciben un trato preferencial) y la medición objetiva (según la cual las mujeres aún reciben menos atención que los varones).

En recientes estudios se ha llegado a la conclusión de que, en situaciones de enseñanza comparables, los y las docentes (inconscientemente):

  • reaccionaban distintamente frente a estudiantes mujeres y varones,
  • creaban condiciones generales distintas para estudiantes mujeres y varones,
  • modificaban los procedimientos ya acordados dependiendo del género de quien estudia,
  • hacían comparaciones sesgadas dependiendo del género o evitaban toda comparación,
  • utilizaban a las estudiantes como reserva de conocimiento, cuyo rendimiento sin embargo no reconocían de forma acorde.

Cabe suponer que estos diagnósticos para la categoría género también pueden ser transferibles a otras categorías, como racismo o desprecio por las personas con discapacidad. Reflexionar sobre la propia comunicación en la enseñanza  puede ayudar a eliminar de la práctica el trato desigual inconsciente.